sábado, 29 de diciembre de 2007

Los 10 avances científicos del 2007

La revista Wired publicó una lista de los que, a su juicio, fueron los diez avances científicos del año que termina. Echemos un vistazo a lo que se encuentra.

En lo referente a Nanotecnología, hubo dos avances asombrosos: El primero, anunciado por Intel, consiste en una nueva tecnología que permitirá reducir el tamaño de los transistores de 65 a 45 nanómetros, lo cual es una cifra absurdamente pequeña. El segundo es la creación de un material transaparente tan resistente como el acero, usando pequeños componentes de dimensiones nano. Tristemente la revista menciona como una de sus aplicaciones principales la creación de armamento ligero.

Otro de los campos con mucho movimiento es, por supuesto, la genética. Uno de los campos más agitados fue el de las células madre, donde científicos de Oregon clonaron un simio rhesus y extrajeron células madres del cigoto clon. Sin embargo, este descubrimiento se verá probablemente opacado por el avance considerado como el más importante del año, a saber, la producción de celulas madre humanas a partir de la reprogramación de células de la piel. Con ello se logran evadir todos los problemas éticos que desencadenaba el uso de embriones para estas labores. Otro de los avances en genética consistió en la curación de un ratón -genéticamente diseñado para la ocasión- de una extraña enfermedad genética conocida como el sindrome de Rett. Quizás sobre decirlo, pero asombra la velocidad con la que la biología se vuelve cada vez más ingeniería.

Siguiendo con la biología, a nivel molecular más que genético, se hicieron tres hallazgos que rozan con la ciencia ficción: Del hueso de un Tiranosarius Rex excelentemente conservado se pudieron realizar análisis moleculares que llevaron a encontrar las similitudes de estos animales con nuestros conocidos pollitos. Otro dinosaurio fue encontrado excelentemente conservado y su análisis molecular ha seguido dando pistas en la formación y constitución de estos animales. Y por otra parte, uno de los descubrimientos que me dejó más atónito: el hallazgo de enzimas para modificar cualquier tipo de sangre y convertirla en tipo O.

Los otros dos hallazgos me parecieron más bien sencillos: el descubrimiento del planeta que hasta ahora tendría mayores probabilidades de tener vida, el cual no es más que un planeta promisorio pero nada definitivo; Y la creación y uso de herramientas (en particular una especie de lanzas) por parte de chimpancés para cazar mamíferos pequeños. Creo que ya es bastante claro que la diferencia del hombre con las demás especies animales es sólo de grado y no de cualidad, por lo que descubrir que los monos pueden crear una lanza para cazar de vez en cuando no me parece en exceso sorprendente.
Hay una excelente traducción del artículo en el blog de Miguel Artime (maikelnai´s blog). espero poder también poner pronto algunos links a más información de algunos de estos interesantes descubrimientos.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Darwin y el espiritu científico





Darwin es quizás uno de los científicos más odiados por los llamados "creacionistas", personas que aún sostienen que la antiguedad de nuestro planeta es de alrededor de 5.000 años y que todas las especies fueron creadas simultáneamente, aportando como evidencia su interpretación de la Biblia. Me he dado a la tarea de leer su obra maestra "El origen de las especies" (disponible en español en el vínculo de este post) y he encontrado en sus palabras el valor y la entereza de un científico verdadero. Para la muestra, un botón: apartes del párrafo final de la introducción de su libro.


"Nadie se sorprenderá que mucho quede aún sin explicar con respecto al origen de las especies y variedades, si tiene debidamente en cuenta nuestra profunda ignorancia de las relaciones mutuas entre los numerosos seres que viven en torno a nosotros(...) Menos aún sabemos sobre las relaciones mutuas entre los innumerables habitantes del mundo durante las muchas epocas geológicas pasadas de su historia. Aunque mucho permanece y permanecerá largo tiempo en la oscuridad, no puedo dudar, después del juicio más consciente e imparcial del que soy capaz, de que la opinión (...) de que cada especie ha sido creada independientemente es errónea. (...) Además, estoy convencido de que la selección natural ha sido el medio más importante, si bien no el único, de modificación"


!Que claridad y elocuencia! Además, obsérvese la actitud ante la evidencia. No es la afirmación "suficiente" de una verdad, sino el reconocimiento humilde de una ignorancia. No es el establecimiento de una ley, sino tan solo de una teoría. !Y con qué precisión lo hace! No en vano es uno de los grandes maestros.


Seguiré pendiente de comentar aspectos observados en el libro.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Temporada de huracanes 2007: Vuelve y juega

De acuerdo con el centro nacional de huracanes de los Estados Unidos, la temporada de huracanes del 2.007 de nuevo estuvo por debajo del promedio en cuanto a tormentas tropicales se refiere y muy cercana al promedio en el número de huracanes. El indice de energía de ciclones acumulado en este año fue apenas el 82% de la actividad mediana del último medio siglo... solamente informativo para que tanto seudocientífico siga especulando con el Apocalipsis.
Si el próximo año tenemos una temporada más desastrosa que el promedio.... recuerden que llevamos dos temporadas bajas. Así que no sigan esgrimiendo a sus 4 jinetes, pues no hay evidencia aún de que se hayan salido del librito en el que están escritos.

Acerca de "La Verdad" en la Biblia



Imagen tomada de la página de arqueologos.

De acuerdo con Umberto Eco, en su tratado de semiótica general, un signo puede entenderse como "todo lo que puede usarse para mentir". Las palabras son signos; la Biblia está hecha de palabras. Luego resulta casi un contrasentido pretender que la Biblia o cualquier otro libro pueda contener la verdad. Aunque la contuviera, el decodificador del signo (el lector) podría interpretarla de manera que desviara su significado. Dado que el signo no es la cosa misma, sino su representación, es imposible intrínsecamente que pueda contener la verdad. Y si a eso le sumamos el tema de las traducciones.... ni hablar.


Esta postura no pretende ser antireligiosa. Solo advertir que es imposible que ningún escrito contenga la verdad. Quizás pueda llevarnos a ella.... pero la verdad está más allá de las palabras.


También por eso la ciencia no puede ser la búsqueda de la verdad, sino la búsqueda de la teoría que mejor explique la evidencia recopilada o recopilable en el mundo.

jueves, 8 de marzo de 2007

LOS TELÉFONOS MÓVILES HACEN DAÑO AL CORAZÓN


Los temores infundados de los seres humanos son de origen evolutivo, pero son acientíficos


En días pasados, en una reunión del departamento de la Facultad de Ingeniería en la cual trabajo, un compañero tenía guardado su teléfono celular (móvil) en el bolsillo de la camisa, bolsillo que queda justamente a la altura del corazón. Otro compañero le dijo que quitara su teléfono de allí, pues podía ser peligroso para su salud. Inmediatamente repliqué que desconocía el estudio definitivo que mostrara la influencia de un teléfono móvil sobre la marcha del corazón de una persona normal (lo que no niega que las personas con marcapasos deban evitar portar el celular de ese modo). Mi jefe cerró la discusión con mucho humor femenino al afirmar: “Pero yo no voy a esperar a ser la evidencia”. Todos reímos, y el compañero retiró su teléfono celular del bolsillo.

Un incidente tan sencillo me lleva a recordar la tendencia de los seres humanos a tener reacciones desproporcionadas frente a acontecimientos que pueden afectar nuestra vida. Creo que cualquier psicólogo evolutivo (o en su defecto, conocedor de la teoría de juegos) estará de acuerdo conmigo si afirmo que esa tendencia miedosa es evolutivamente útil: Resulta menos costoso salir corriendo ante una amenaza ficticia- derrochando algo de energía-, que desechar una amenaza real- perdiendo así la vida y por ende, la capacidad de reproducción-. Esa tendencia miedosa ha sido hábilmente explotada por los medios de comunicación, como lo muestra la famosa película de Michael Moore, Bowling for columbine. Esta tendencia natural no es concordante con el método científico, que es más parsimonioso y conservador, y que evita sacara conclusiones apresuradas. En una situación de vida o muerte en el corto plazo, hacer ciencia es más bien inútil, pues los mejores frutos de la misma son para la planeación a largo plazo.
Hay un aspecto relevante que debe ser considerado: la posibilidad de que las grandes compañías multinacionales de celulares (móviles) traten de confundir, acallar o despreciar los estudios que al respecto se hagan, y por supuesto, minar o imposibilitar su financiación. Si bien parece parte de una teoría paranoica conspiratoria, es un asunto que no se debe menospreciar, dado que es evidente que la mayor parte de la investigación mundial la lleva a cabo la empresa privada. Pero aunque fuera así, ello no prueba que los celulares hagan daño, tan solo probaría que los beneficiarios del negocio tienen el temor de que así sea. Y dándole vuelta a la rueda, los temores infundados son apenas una característica humana útil, pero no necesariamente son fuente de verdad.

viernes, 23 de febrero de 2007

TEMPORADA DE HURACANES 2006 Y SELECCIÓN ADVERSA


He escuchado muy poco acerca de la temporada de huracanes de 2.006 en el Mar Caribe. Quizás porque fue una de las temporadas con menos huracanes y tormentas tropicales de los últimos tres lustros. De acuerdo con el centro nacional de huracanes de los Estados Unidos, solo se formaron nueve tormentas y cinco huracanes, haciendo del 2.006 la temporada más inactiva desde 1.997. Por el contrario, se encuentra mucha información acerca de la temporada 2.005 y su famoso huracán Katrina.


La desinformación sobre el 2.006 configura un silencio cómplice, sobre todo entre aquellos que a principios de ese mismo año vaticinaban el Apocalipsis en el Caribe, culpando del aumento en los huracanes a las emisiones de monóxido de carbono, el afán consumista del mundo occidental y la caza indiscriminada de focas. La naturaleza les tapó la boca.
La temporada de huracanes del 2.005 desató en la opinión pública tres poderosas fuerzas humanas que se oponen al buen criterio científico: la fijación occidental con el Apocalipsis, (espero hacer un post sobre ello), el efecto túnel que nos lleva a recordar sólo lo más reciente, y la selección adversa.
La selección adversa es una propiedad de la memoria que nos lleva a recordar solo aquello que nos ha causado una emoción fuerte o una sorpresa. Ejemplos clásicos de la selección adversa son las leyes de murphy: siempre recordaremos el día en que el pan cayó al piso por la cara de la mermelada o el día en que la fila del tráfico de al lado avanzó más rápido, pero olvidamos instantáneamente las decenas de veces que no ocurrieron desastres con el pan y los cientos de días que las filas avanzaron a ritmos similares o favorables a nosotros.

La selección adversa también es la causa de que creamos en los presentimientos: Siempre recordaremos el día que tuvimos una vaga sensación de temor en el momento en que algo malo ocurría, pero hemos olvidado los cientos de veces que esas miedos vagos no concurrieron con eventos desfavorables, o las veces que, sin haber tenido sensaciones previas de miedo, ocurrieron fatalidades. Esta ingenuidad lleva a que gran parte de la raza humana se crea “conectada” con un algo invisible que le permite anticipar hechos importantes en sus vidas. (Aquí no tengo en cuenta las veces en que los indicios verídicos de una posible fatalidad, trajeron el miedo a nosotros: en este caso no hay presentimiento, sino previsión).

La cordura científica invita a no apresurarnos en declarar el Apocalipsis en forma de huracán en el mar Caribe para el año 2.007, pero también nos invita a no descartar la posibilidad de que lleguemos a tener una temporada bastante dañina. Un buen científico, dada la alta variabilidad de los fenómenos climáticos, siempre pedirá aguardar más antes de sacar conclusiones apresuradas. El dato bajo del año 2.006 impedirá que, aún con tres temporadas altas, concluyamos que realmente estamos viviendo un cambio fundamental en los ciclos de las temporadas de huracanes, y eso lo sabe cualquiera que haya estudiado los fundamentos de las series de tiempo.
Una sola golondrina no hace verano. La temporada del 2.005 no es suficiente para alarmarnos por el cambio climático. Los datos que tenemos son aún escasos y contradictorios, y la hipótesis que debemos mantener es que los años altos hacen parte de ciclos naturales, y no de Apocalipsis programados para este milenio. Pero para ello es necesario que conozcamos la existencia sicológica de la selección adversa y entendamos que la parsimonia es una de las características claves del método científico, método que nos ha brindado todas las comidades y seguridades de la vida moderna, algo que cientos de años de profetas apocalípticos no pueden darnos.

domingo, 21 de enero de 2007

MÁS CIENCIA PARA LOS TEMAS POLITICOS: LAS PENAS PARA EL ABORTO (II)

Y si aceptamos lo dicho en el post anterior, ¿qué debemos hacer frente a la penalización del aborto? Lo primero es entender que el momento de la concepción es el segundo cero o punto de partida de ese proceso infinitesimal del desarrollo de una vida; y el día del parto marca el momento final en que todos acordamos que existe un ser humano. En el medio, hay una variable continua, y como tal se debe tratar. Es inconcebible que la muerte de un octomesino tenga una pena irrisoria mientras esa misma muerte al día siguiente del parto sea considerada como un homicidio, además agravado por ocurrir en la persona de un niño.
¿Cómo se tratan las variables continuas? En el campo matemático, se utilizan las funciones continuas, que permiten modelar de manera mucho más inteligente este tipo de fenómenos. Para los casos en que el aborto es aún ilegal ¿cuál debe ser la pena? Si en un eje X se traza una función continua de edad desde la concepción al nacimiento cuyo rango en el eje Y oscile entre la pena mínima de aborto hasta llegar a la pena de homicidio mínima , dispondremos de una herramienta, sino más justa por lo menos más inteligente para establecer una penalización en cualquier punto del embarazo. A manera de ejemplo utilizo en el gráfico una línea recta continua para visualizar esta idea.

Pero no necesariamente la línea recta es la mejor alternativa. De acuerdo a los conocimientos médicos se podría pensar en funciones continuas aún más razonables. Podríamos, por ejemplo, tener una curva en forma de S. En el primer trimestre del embarazo se tendría un pequeño aumento de las penas; en el desarrollo del segundo semestre un aumento pronunciado, que llevara a la finalización del segundo semestre con una pena cercana a la de homicidio, puesto que el feto ya casi es viable como ser humano; y para el tercer trimestre un crecimiento suave que terminara en el día del nacimiento con la pena de homicidio.
Una solución sencilla y racional concebida hace más de dos siglos podría ayudar a zanjar una discusión paradójica y que parece de nunca acabar. Sin embargo, el establecimiento y la opinión pública insisten en el análisis emocional de los problemas y olvidan recurrir a las herramientas que la ciencia les brinda; y, por su parte, los científicos están demasiado ocupados para sacar la cabeza de sus agujeros. La comunicación entre seres humanos, que aparentemente es tan fácil, pero en la práctica es tan difícil, es la clave para superar estos diálogos de sordos entre ciencia y sociedad que es una de las mayores fuentes de improductividad y de derroche de recursos en el mundo actual.

martes, 2 de enero de 2007

MÁS CIENCIA PARA LOS TEMAS POLITICOS: LAS PENAS PARA EL ABORTO (I)

En la discusión sobre el tema de las penas para el aborto, y de si éste es o no un delito, hay
una cuestión fundamental que es infrecuentemente abordada: ¿a partir de qué momento existe un ser humano? Los partidarios del aborto dirán que únicamente a partir del nacimiento; y los opositores afirman que desde el momento de la concepción. Pero tan extraño resulta afirmar que dos células unidas son un hombre como negar la existencia de un bebé humano el día anterior al parto.
La paradoja radica en la naturaleza continua del desarrollo de la vida, y explicaré porqué. Los seres humanos estamos acostumbrados a pensar el mundo en variables dicotómicas, es decir, variables que no pueden tomar más de dos opciones: Se es, o no se es. Eres un ingeniero o no lo eres. Está lloviendo o no lo está. En ocasiones llegamos a concebir variables discretas con más de dos opciones, pero con un número limitado de ellas: Eres bebé, niño, adolescente u hombre. El día esta muy frío, frío, tibio, caliente o muy caliente.
Ese esquema mental clásico impide visualizar lo que es un hecho innegable: muchos fenómenos (quizás la mayoría) presentan una infinitud de posibles estados, de forma tal que es imposible crear dos o seis categorías para clasificarlo.
Pensemos en el crecimiento de un ser humano, que es justamente la variable de interés con respecto al aborto: no podemos decir que crecemos en un momento determinado. Se trata de un proceso continuo, tejido por innumerables, minúsculos e imperceptibles cambios en nuestro cuerpo. Llega un momento en que nos percatamos de ello: somos adultos. Pero que la conciencia se presente en una fecha no implica que el cambio se haya dado en ese momento. No es claro un instante en que los niños se vuelvan adolescentes; tampoco sabemos en que momento exacto alcanzamos determinada estatura.
Como somos poco aptos para concebir variables continuas, nos inventamos ritos de iniciación para marcar diferenciaciones. La niña se hace mujer el día de sus quince años; para ser un hombre antes bastaba con dejar los pantalones cortos, ahora los adolescentes piensan que lo logran fumando, tomando, o a través de su primera relación sexual. Estos ritos hacen de esa transición continua – mentalmente angustiosa- una aliviadora ceremonia puntual.
Así mismo ocurre en el vientre materno: milésima de segundo tras milésima de segundo, en un nivel celular que es invisible a nuestros ojos, la mórula se va transformando en bebé sin que podamos ser conscientes de ello. Esta es la razón por la cual a las categorías de ser o no ser hay que agregar una más: el devenir. No existe un punto exacto en el que uno se vuelva ser humano: uno va llegando a serlo milisegundo tras milisegundo.

Es como la paradoja de Zenón: si pensamos en términos discretos, la tortuga avanza la mitad, y luego la mitad de la mitad del camino que le hace falta para llegar a la meta, sin alcanzarla nunca. Empero, es evidente que finalmente alcanza la meta y es superada por Aquiles, porque la distancia es una variable continua. Recomiendo entonces a politólogos y profesionales de la bioética un repaso de sus nociones de matemáticas: serían muy útiles para la resolución de sus problemas, aunque no lo parezca. Sobre la paradoja de zenón, les recomiendo esta página, de la que he tomado la imagen.
En un próximo post, haré una propuesta lógica para la penalización del aborto, consecuencia natural del principio de la continuidad del crecimiento del ser humano.